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Al llegar a su hogar, Mason observó detenidamente las imágenes que les tomó a sus hijos Lee y Sophia, sin embargó, al fondo de las fotos se veía reflejado un rostro, de ojos oscuros y terroríficos.
“Cuando vi la cara de un niño mirando hacia mí. No lo podía creer, cuando miré más de cerca la imagen y no era un niño real, me llevé un gran susto”, dijo Mason.