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Foto: REUTERS / Roosevelt Cassio |
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Foto: REUTERS / Roosevelt Cassio |
Desde finales del año pasado São Paulo, la ciudad más grande de América del Sur, con casi 12 millones de habitantes, padece la peor sequía de los últimos 80 años. El nivel de los embalses está en mínimos históricos. De los grifos sale lo que llaman volumen muerto, el agua estancada en el fondo del embalse que es bombeada para aumentar la capacidad del sistema.
Como consecuencia de esta problemática, los afectados sufren cortes diarios que pueden ir de cuatro horas a dos días. Mientras que en zonas como la de Guarulhos “la segunda comuna más poblada del estado con 1,3 millones de habitantes-las personas están día por medio sin agua.
La previsión del Banco Mundial es que la variación de las lluvias y la intensidad de las sequías se incrementarán de aquí a 2050 producto del cambio climático y el calentamiento global con efectos graves para la población si los Gobiernos locales no invierten en la infraestructura y la gestión del agua. El principal desafío al que Brasil se enfrenta ahora mismo es aprovechar este momento crucial y la oportunidad de actuar de forma osada, para avanzar hacia una gestión y una planificación que minimicen los efectos de la sequía en el país.
Con Información de diarioecologia ✔ @javieroliverct
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