La joven madre de dos niños desapareció el pasado 6 de abril en el municipio de Nicolás Romero, por lo que la Fiscalía de Justicia del Estado de México emitió cédula Odisea para su localización.
Desde entonces, Agentes Ministeriales empezaron a realizar minuciosas investigaciones en torno a la desaparición de la joven mujer, empezando por su círculo familiar, entre los que destaca su pareja sentimental.
En días pasados, los investigadores obtuvieron una orden para catear el domicilio donde vivía la joven mujer con su pareja y recabar evidencias sobre la misteriosa desaparición, la cual se efectuó el día 15 de septiembre, a las 12:00 horas, en el domicilio Privada Clarines sin número, colonia Loma del Rio Segunda Sección, Municipio de Nicolás Romero.
Para ello los Ministeriales solicitaron el apoyo de un binomio canino, quien realizó un marcaje de indicio dentro del baño de la vivienda, por lo que se procedió a realizar trabajos de excavación, encontrando varios obstáculos como lo son 4 placas de concreto.
Después de retirar el concreto, se encontró cal, posterior a su retiro, tierra; finalmente al escarbar, localizan primeramente una mano y luego el cuerpo de una mujer con la cabeza cubierta por una bolsa de plástico atada con cinta adhesiva, además, se encontraba atada de pies y manos. Por las características supieron que se trataba de la joven desaparecida.
Después del hallazgo, los señores Armando “N”, de 29 años de edad, pareja de la hoy occisa, y Ciro Manuel “N”, de 31 años, hermano del presunto homicida, ofrecieron dinero a los agentes Ministeriales por lo que fueron detenidos y acusados por el delito de cohecho.
Más tarde se sabe, de acuerdo a las investigaciones, que el día de los hechos el presunto responsable y pareja sentimental de la víctima, había llegado en estado de ebriedad a su domicilio, hecho que molestó a Evelyn, iniciando una discusión que terminó en una salvaje golpiza en su contra, al grado de privarla de la vida.
Luego, Armando se retiró de la vivienda para seguir bebiendo. Pasada las horas regresó a su domicilio percatándose que su pareja se encontraba tirada e inmóvil en el piso.
Para deshacerse del cuerpo, cavó una tumba clandestina dentro del rustico baño de una profundidad aproximada de 70 centímetros; luego, le ató los pies y manos y le colocó una bolsa de plástico en la cabeza para terminar aventándola al hoyo recién hecho.
Para evitar olores y facilitar su descomposición, virtió un bulto de cal sobre el cuerpo, posteriormente rellenó con tierra y finalmente colocó 4 capas de piso de concreto, de esa forma, pensó, no la encontrarían jamás y continúo su vida tan normal hasta que el pasado 15 de septiembre, fue descubierto su crimen.
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