Las personas desesperadas pensaron que jamás saldrían de esos lugares donde estaban atrapados pero lograron encontrarlas
Martín Méndez y Diana Pacheco estaban en un edificio en Álvaro Obregón para el momento del terremoto y quedaron atrapados junto a otras personas a la espera de la ayuda que finalmente llegó.
Martín según los reportes de los rescatistas permaneció 17 horas atrapado entre los escombros cuando el edificio donde estaba se vino abajo tras el sismo que sacudió gran parte de la Ciudad de México en 19 de septiembre.
Hasta el momento el temblor de 7.1 grados ha cobrado la vida de 318 personas y la cifra podría aumentar ya que los rescatistas continúan con sus labores en zonas de derrumbes.
Martín contó a un reportero de CNN que tenía que salir con vida del lugar por su hija y aunque estaba atrapado en entre el concreto y sin poder moverse, él dijo que se aferró al lado espiritual y le pidió ayuda a Dios, mientras oraba por su hija de 3 años a quíen deseaba ver y por ello se convecnió de que saldría cn vida de ese terrible lugar.
Este hombre es cerrajero de profesión y cuando se presentó el sismo se encontraba arreglando puerta en una oficina de contaduría en un edificio ubicado en Álvaro Obregón.
Cuando Martín sintió que estaba temblando rápidamente corrió a unas escaleras de emergencia pero éstas se derrumbaron en segundos.
De pronto se dio cuenta que se encontraba atrapado entre pedazos de concreto y con una pierna rota. En medio de la desesperación y el terror de estar casi enterrado, pensó en salir con vida y decidió también sacar su teléfono y tomar una fotografía. En medio del derrumbe el hombre de 54 años decidió tomarse una selfie para que quedara como evidencia sobre lo que estaba viviendo.
La historia de Martín afortunadamente terminó con un final feliz, él y tres personas más fueron rescatadas apenas el miércoles entre las ruinas de un edificio en el barrio Roma.
Un trabajador de la construcción revisa un edificio que se derrumbó luego de terremoto en el barrio Roma de la Ciudad de México, el martes 19 de septiembre de 2017. Foto: AP
Después del rescate que tardó horas, entre los cuatro comenzaron a darse abrazos y decir palabras de aliento. Se contactaron con sus familias mientras otros le rezaban a la virgen y le agradecían a Dios por estar vivos.
Los sobrevivientes solo recuerdan en medio de los escombros los gritos de los rescatistas.
"¿HAY ALGUIEN CON VIDA?"
El momento que parecía que nunca llegaría al fin llegó y lograron poner a salvo a cuatro personas.
Ahora Martín se encuentra en recuperación en un hospital de la Ciudad de México.
PACIENCIA Y FE EN LA BÚSQUEDA DE VÍCTIMAS DEL TERREMOTO EN MÉXICO
Cinco días después del devastador terremoto de 7,1 grados que dejó más de 300 muertos en México, cada vez hay menos esperanzas de encontrar a gente con vida bajo los escombros pero los rescatistas siguen pidiendo paciencia y fe.
De madrugada y tras jornadas ininterrumpidas de búsqueda entre los escombros de un edificio de departamentos de Tlalpan, en el sur de la capital, los rescatistas sacaron un cadáver, constató la AFP.
El sábado, gracias a un escáner térmico, habían detectado a dos personas con vida pero era una tarea titánica llegar hasta ellas.
Cerca de ahí, en la escuela Enrique Rebsamen, el ejército continuaba buscando a una empleada que supuestamente sigue bajo los escombros de esta primaria y secundaria que se desplomó causando la muerte de 19 niños y seis adultos.
"Se aclara categóricamente que por el momento no se realizará la demolición del edificio y no se utilizará ningún tipo de maquinaria hasta que se tenga la plena certeza" de haber rescatado a todas las víctimas, vivas o muertas, dijo a la prensa el capitán de la Marina Sergio Suazo.
El militar explicó que los rescatistas realizaron un túnel vertical de cuatro metros de profundidad que "hasta el momento no ha generado resultados positivos", pero "se ubicó otra área de búsqueda donde podría encontrarse personal confinado".
"Queremos que se haga un peritaje para deslindar responsabilidades" por el derrumbe de la escuela, aseguró de su lado Claudia Sheinbaum, delegada de Tlalpan.
EN TANTO, EN EL CÉNTRICO SECTOR ROMA-CONDESA LA ESPERANZA SE MANTENÍA EN LO QUE FUE UN EDIFICIO DE OFICINAS.
"Paciencia (...) estamos en espera de que nos llegue un equipo de cámaras infrarrojas que van a poder detectar los cuerpos que puedan existir, vamos a poder ver a través de los muros", dijo a la cadena Televisa Ulises Zárate, el coordinador tecnológico de la Cruz Roja mexicana.
"Vinimos a salvar vidas. Hay que tener fe y pensar que a lo mejor [las personas adentro] tenían algún lugar donde podían seguir recibiendo aire y así poder sobrevivir", dijo a la AFP Karin Kvitca, una rescatista israelí de 29 años.
Las autoridades no precisan cuántas personas estarían ahí atrapadas pero en un poste cuelga una lista con 46 nombres.
Cerca hay una manta con la imagen de una de las víctimas y un mensaje de esperanza: "Adrián, eres un guerrero. Tu familia, tus amigos y Darío te esperamos. Te abrazamos bien fuerte".
Los familiares se muestran por momentos desesperados, lloran, rezan ante una enorme virgen de yeso colocada atrás de una carpa donde pernoctan.
Muchos rescatistas abandonaban las tareas vencidos por el agotamiento y lanzaron llamados en la televisión pidiendo apoyo en determinados sectores.
El llamado surte efecto y en Roma-Condesa se organizan los turnos en la madrugada.
"Hay una fila muy grande allá. Para que no estén formados toda la noche les pedimos que vengan en la mañana", dijo a la AFP Valentina Toledo, una coordinadora de voluntarios de 38 años.
También se pedía que los voluntarios llevaran alimentos calientes para reconfortar a los rescatistas, que se la han pasado con sándwiches y otras comidas frías.
En el norte, concluyeron las tareas de rescate en uno de los puntos más complicados: un edificio alto de departamentos que se derrumbó pero mantenía una fachada amenazadora. Vecinos y rescatistas, entre ellos varios chilenos, entonaron el himno mexicano, mientras que una de las víctimas fue despedida por sus familiares con mariachis.
Los capitalinos sienten psicosis por las constantes réplicas sísmicas. El sábado, despertaron angustiados por la alerta que sonó poco antes de las 08h00 (13h00 GMT) para anticipar un movimiento telúrico de 6,1 grados en el sureño Oaxaca, una réplica del terremoto de 8,2 registrado el 7 de septiembre, el más intenso en México en un siglo y que dejó 96 muertos.
El nuevo sismo dejó dos mujeres muertas en la capital por infarto mientras otra mujer y un hombre también fallecieron en Oaxaca.
Hasta la mañana de este domingo, sumaban 318 muertos por el sismo de magnitud 7,1 del martes: 180 en Ciudad de México, 73 en el estado de Morelos, 45 en Puebla, 13 en Estado de México, 6 en Guerrero y uno en Oaxaca, Protección Civil federal.
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